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Notas de opinión

Gloria de Bertero - Bajo todos los cielos

Indira Ghandi decía que "es un privilegio el haber vivido una vida dura". Quizás por ello las políticas culturales poco propicias son las que mejor ponen a prueba la creatividad de los seres humanos que abrevan en el espíritu su sed de proyección intelectual. Quizás por ello, Gloria de Bertero nos haga, ahora, llegar sus poemas en un formato sorprendente y poco convencional. Se trata de un disco compacto al que el lector puede acceder a través de su PC interactuando con los textos a través del sonido y la animación digital. Pero esta especie de "libro virtual" altamente instructivo ofrece, además, una característica esencialmente dominante en la personalidad de su autora, su meritoria buena disposición para compartir espacios duramente conseguidos. Entonces, nos es dado presenciar, junto a cada texto poético, el sello iconográfico de conocidos plásticos santafesinos que Bertero, siempre respetuosa de las expresiones artísticas, no sólo se niega a utilizar como simple ilustración enriquecedora de sus versos sino que se preocupa por la presentación de cada rostro, por el relato de cada logro y por oficiar como anfitriona en un breve recorrido por la galería de sus obras. Así puede nuestra mirada deleitarse con las expresiones artísticas tanto de Tatiana Corte, Norma Guastavino, Zulma Molaro y la inolvidable Manuela Pintos Tezanos, que desarrollan o desarrollaron su actividad en nuestra capital provincial, como de Beherenz de Echagüe, Lily Bolatti, Wilma Bolzico, Erni Borla, Kieffer de Cursack, Giménez Barquim, Pyli Urfer, Angela Venzo, Polera de Zilli, Girón de Zimmermann, entre otros que lo hacen desde el interior del interior de un país poco dispuesto a los reconocimientos. Por lo demás, la voz en off de la autora, desde la ternura, acompaña al que esté dispuesto a aventurarse en la geografía de este nuevo soporte textual, leyendo sus poemas "bajo todos los cielos" como quien va sembrando los indicios que señalen la senda del regreso. Migajas de pan blanco, piedrecitas, íntimos vestigios de instantes singulares que, siempre, tienen que ver con la vida y con el amor – esa es la división con que la autora organiza los dos capítulos que lo conforman - pero también tienen que ver con los sueños. Y pese al lo que expresa en los versos finales de su poema "Cosecha", ("La casa ha madurado. Es tiempo de cosecha"), Gloria, si bien ha madurado, continúa sembrando, que es, nada más ni nada menos, una hermosa manera de soñar.

© Norma Segades - Manias



 

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